El hecho de reformar tu vivienda puede revalorizar su valor si tienes pensado venderla en un futuro, puesto que en la tasación de un inmueble el estado de conservación es fundamental para incrementar el precio. Una casa reformada puede revalorizar su precio entre un 10% y un 15%, aunque también depende de las actuaciones que realices, pues no todas tienen el mismo valor.
Para empezar, pintar las paredes y arreglar los suelos se trata de una mejora estética cuya finalidad es causar una buena impresión en la primera visita. En el caso de los suelos, es mejor conservar la tarima de madera de una vivienda antigua con un lijado y barnizado y si no es posible, colocar tarima flotante.
Otro de los aspectos más valorados a la hora de buscar vivienda es el espacio y el número de habitaciones, por eso ganar metros sin ampliar, tirando tabiques o añadiendo habitaciones quitando pasillos demasiado largos, es una acción plausible.
Actualizar la cocina también es muy importante. Se trata de un cambio integral que afecta a los alicatados, suelos, muebles, electrodomésticos e iluminación, y puede suponer hasta 5.000 euros con calidades medias, pero la cocina revaloriza mucho la vivienda y puede influir mucho en la decisión de compra de una casa, según afirman los profesionales inmobiliarios.
Cuando el presupuesto es muy limitado, se aconseja la reforma de los cuartos de aseo como primera inversión. La reforma más demandada en el baño es la sustitución de la bañera por ducha, para hacerla más accesible, con un precio medio de 1.000 euros.
Otros consejos son aclimatar las ventanas, colocando doble acristalamiento y en cuanto a puertas y armarios, dado que sustituir toda la carpintería de madera puede ser muy costoso, existe la opción de cambiar los tiradores y tratarlas o lacarlas.