Convertir tu casa en un lugar sostenible no es beneficioso únicamente para el medio ambiente, también para nuestro propio bolsillo. No siempre es fácil comenzar a hacer de nuestra vivienda un lugar más ecológico, pero siempre se puede empezar de cero.
No es necesario invertir mucho dinero para realizar este cambio en nuestras vidas, se trata de cambiar la conciencia a la hora de utilizar ciertos tipos de recursos. Pasamos gran parte del tiempo en nuestros hogares, y no prestamos atención de cómo puede influir al entorno o al medio ambiente.
Algunos hábitos comunes, como ducharse con agua caliente en invierno o poner el aire acondicionado todo el día en verano, son algunos de los casos que hacen que el mundo que nos rodea sea cada vez menos sostenible.
Según la Comisión Europea, la UE consume una quinta parte de la energía mundial, pero no dispone de las reservas necesarias, por tanto, esto conlleva a una serie de consecuencias para nuestra economía y también para nuestra propia salud. Los edificios consumen un 40% de la energía y son responsables del 35% de las emisiones de gases. Por tanto, el cambio de este tipo de datos está en nuestra mano.
Algunas de las indicaciones para llevar a cabo esta transformación sería un aislamiento térmico de nuestra vivienda. Éstas deberían ser diseñadas con una temperatura interior de 20º, creando así un clima confortable. Las paredes es uno de los puntos más importantes a la hora de hablar del aislamiento de nuestra vivienda, al igual que las ventanas o las puertas.
Existen subvenciones para realizar este tipo de mejoras, en función de la Comunidad Autónoma.